Tres pasos necesarios para prevenir el cáncer

El cáncer está entre las principales causas de muerte, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. A pesar de que se están invirtiendo miles de millones de dólares en la industria del cáncer, la probabilidad de desarrollarlo está en aumento, y aún no se ha encontrado una “cura” segura y efectiva.

Las buenas noticias son que los investigadores han encontrado que solo entre el 5 y 10% de todos los casos de cáncer son causados por defectos genéticos; el 90 a 95% restante se atribuye a factores ambientales y de estilo de vida. Compartimos en este artículo, los pasos de acción preventiva que deben tomarse para reducir enormemente el riesgo de desarrollar cáncer.

Primer paso: Optimizar los niveles hormonales

El equilibrio hormonal es su mejor aliado en la prevención del cáncer. Como las hormonas desempeñan varias funciones del cuerpo, sería imposible mencionar todos los síntomas de desequilibrio hormonal que aparecen. Sin embargo, la fatiga inesperada, la sudoración nocturna, la líbido baja, la infertilidad, los cambios en el tejido mamario (masculino y femenino), la menstruación irregular y el vello corporal excesivo (femenino) son señales de alerta que no deben ignorarse.

Estas son las hormonas que juegan un papel clave en disminuir riesgo de cáncer:

Estrógeno

A menudo escuchamos sobre la deficiencia de estrógeno en mujeres menopáusicas. Sin embargo, debido a varios factores dietéticos, ambientales y de estilo de vida, el predominio de los estrógenos es un problema mucho más común en hombres y mujeres de todas las edades. Un alto nivel de estrógeno, o una alta proporción de estrógeno – progesterona, aumenta notablemente el riesgo de cáncer de mama, ovario y útero. Y los niveles altos de estrógeno sin suficiente testosterona para contrarrestar sus efectos pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon en los hombres.

Puede ayudar a mantener los niveles de estrógeno controlados al reducir enormemente la ingesta de carne, productos lácteos y productos de soya. Además, reducir el estrés, hacer ejercicio, mantener un peso corporal saludable y utilizar productos de limpieza natural y cuidado personal.

Testosterona

Existe una gran controversia en torno a la hormona testosterona androgénica y sus efectos sobre el cáncer. Algunos creen que la testosterona puede acelerar el desarrollo del cáncer de próstata. Mientras tanto, investigaciones recientes han desafiado este punto de vista. Se realizaron dos estudios en los que se administró tratamiento con andrógenos a pacientes con cáncer de próstata terminal. Los resultados evidenciaron una mejor calidad de vida en los pacientes que recibieron la terapia.

El Dr. Hertoghe, experto en medicina de estilo de vida, antienvejecimiento y hormonas, también señala que hay datos que sugieren que no es la presencia de hormonas androgénicas lo que promueve el cáncer de próstata. Por el contrario, es la disminución de éstas que produce la formación de células cancerosas (especialmente con niveles de estrógeno altos).

Según un estudio publicado en BMC Cancer Journal, cuando los niveles de testosterona caen por debajo de un nivel crítico, las células normales de la próstata se vuelven mutantes y pueden volverse también cancerosas. Si se inicia la terapia con testosterona antes de alcanzar este punto crítico, se podría prevenir el desarrollo de cáncer de próstata.

Melatonina

La melatonina ayuda a reducir el riesgo de cáncer de tres maneras: metabolizando los estrógenos, combatiendo la inflamación y apoyando una inmunidad saludable.

Es particularmente beneficiosa para la prevención del cáncer de mama. El reconocido investigador en cáncer, el Dr. David E. Blask, descubrió que la melatonina tiene la capacidad de poner a dormir realmente las células del cáncer de mama, y los niveles nocturnos de melatonina en la sangre pueden retardar el crecimiento del cáncer de mama en un 70%.

Para optimizar la producción de melatonina necesita dormir lo suficiente. Asegúrese de que su habitación esté oscura y silenciosa. Mantenga los aparatos electrónicos fuera de la habitación, elimine la cafeína, evite comidas picantes y la luz azul 2-3 horas antes dormir. Trate de mantener un horario de sueño constante. Si tiene problemas para quedarse dormido, puede aumentar su melatonina obteniendo 15 minutos de exposición al sol por día (o usando una lámpara solar). Además, consuma alimentos como las bayas de goji, nueces, almendras, piña y bananas como bocadillos antes de acostarse.

Hormonas tiroideas

Investigaciones recientes sugieren que los niveles bajos de hormonas tiroideas también pueden aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer. Esta correlación se debe probablemente al hecho de que las hormonas tiroideas estimulan la inmunidad y, por lo tanto, pueden proteger contra el crecimiento y la proliferación de células cancerosas.

Segundo paso: Reducir la inflamación para evitar el Cáncer

La inflamación es un contribuyente ampliamente reconocido en el aumento del cáncer. Cuando la inflamación es crónica causa daño a las células, ADN y tejidos. Crea el ambiente perfecto para que las células cancerosas crezcan, se multipliquen y se propaguen.

Así, la inflamación crónica es una afección muy común que puede ser causada por muchas cosas. Entre ellas están: exceso de peso corporal, tabaquismo, alergias, intolerancias a los alimentos, falta de ejercicio, dietas poco saludables y estrés.

Para reducir la inflamación, debe limitar o eliminar en gran medida el consumo de alcohol, azúcar, cafeína, aceites, grasas quemadas, productos lácteos, carne de granja industrial, carne ahumada y alimentos procesados y envasados. El consumo de alimentos con los que es intolerante también aumentará el fuego de la inflamación.

Consuma una dieta basada en alimentos integrales, rica en frutas y verduras con pigmentos profundos, y use especias y hierbas en abundancia.

Los omega-3 también son excelentes luchadores contra la inflamación, y aunque están más densamente concentrados en el pescado, no recomendamos más de una porción de pescado por semana debido a la contaminación de metales pesados. En su lugar, concéntrese en los omega-3 de origen vegetal, como las semillas de lino, las semillas de chía, las semillas de cáñamo, las nueces, las coles de Bruselas y el aceite de algas.

El cortisol es una potente hormona que combate la inflamación, y una afección muy común (y con frecuencia no diagnosticada) llamada fatiga suprarrenal puede ocasionar una deficiencia de cortisol. Si los resultados de las pruebas muestran niveles bajos de cortisol o si tiene síntomas de fatiga suprarrenal, como fatiga continua, dificultad para despertarse, dificultad para “apagarse” por la noche, ansiedad, cambios de humor, antojos de sal o azúcar y presión arterial baja, debe hacer lo necesario para restablecer la función suprarrenal.

Tercer paso: Hacer la prueba de detección del Cáncer

La detección es otro jugador clave en la prevención. Le permite identificar y tratar las anomalías antes de que evolucionen hacia el cáncer. Se recomiendan pruebas genéticas para el cáncer de mama y próstata. El monitoreo de sus niveles hormonales también es altamente beneficioso. También es posible que desee controlar sus niveles en sangre de selenio, Co-Q10 y vitaminas A, D, E y C, y complementar estos nutrientes si es necesario.

Lo importante es estar consciente de su cuerpo, cómo funciona y cómo se siente cada día. Preste atención a cualquier cambio en su salud general, sus niveles de energía, su piel y cómo reacciona su cuerpo a la vida cotidiana normal. No podemos evitar el estrés ocasional, pero podemos cambiar la forma en que reaccionamos y aprender a reducir los niveles de estrés. Asegúrese de consultar con su profesional de la salud si tiene alguna inquietud para evitar que los problemas menores se conviertan en problemas mayores.