La Inflamación
La patogénesis subyacente a numerosas enfermedades autoinmunes se origina en la hiperactividad del sistema inmunológico, que, en lugar de proteger al organismo, inicia una agresión contra sus propios tejidos. Patologías como la diabetes, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, entre otras, son el resultado de un sistema inmunitario desregulado que, en su intento por defender al cuerpo, lo ataca de manera errónea.

Hasta hace poco, las opciones terapéuticas para combatir las enfermedades autoinmunes más severas eran limitadas. No obstante, se ha demostrado que la terapia basada en nanopartículas peptídicas de origen natural posee potentes efectos antiinflamatorios, capaces de atenuar e incluso, en ciertos casos, revertir los signos clínicos de estas enfermedades.
El desafío de corregir una enfermedad autoinmune radica en la naturaleza cíclica del daño inmunológico. A medida que el cuerpo se inflige daño a sí mismo, produce más células inmunitarias que continúan atacando en ausencia de un patógeno externo. Por ejemplo, en la osteoartritis, la rodilla soporta una carga constante de impacto diario, lo que genera señales de estrés y micro trauma. En respuesta, el cuerpo produce células inmunitarias para degradar y eliminar los tejidos afectados. Sin embargo, este proceso continuo conduce a un ataque autoinmune sobre el tejido sano, exacerbando el daño.
A medida que avanza el proceso, las células inmunitarias invaden y destruyen componentes esenciales como huesos, ligamentos y tendones. Dado que la inflamación es desencadenada por una región específica del cuerpo, las células inmunitarias recién formadas dirigen su ataque hacia las células autóctonas, perpetuando una respuesta inflamatoria traumática. Este ciclo puede tener consecuencias graves y de largo plazo para la salud del paciente.
Hasta hace unos años, las intervenciones farmacéuticas ofrecían escasas soluciones para las enfermedades autoinmunes. Aunque se han desarrollado fármacos antiinflamatorios, estos no poseen la capacidad de restaurar el tejido previamente dañado y suelen presentar efectos secundarios significativos a largo plazo. En contraste, la terapia con nanopéptidos naturales representa un enfoque terapéutico avanzado y prometedor para el manejo de enfermedades autoinmunes específicas.

Protocolo General Preventivo
Los dispositivos basados en nanopéptidos naturales detienen la progresión de las enfermedades autoinmunes a través de dos mecanismos principales:
- [ 1 ]Los nanopéptidos tienen la capacidad de liberar factores de crecimiento, citoquinas y otras moléculas bioactivas que no solo interrumpen la cascada inflamatoria, sino que también facilitan la regeneración y reparación del tejido corporal dañado.
- [ 2 ]Los nanopéptidos pueden diferenciarse en cualquier tipo de los 205 tejidos del cuerpo humano. Esta plasticidad permite reemplazar células dañadas, reparar y promover la supervivencia de células no afectadas y eliminar aquellas que están enfermas, sustituyéndolas por células nuevas y sanas.
Estos mecanismos interrumpen la cascada inflamatoria y, en última instancia, detienen el progreso de la enfermedad autoinmune.
La terapia con nanopéptidos ofrece múltiples aplicaciones terapéuticas para la corrección de enfermedades autoinmunes, con un perfil de seguridad superior al de los tratamientos convencionales actuales.