Polipéptidos

Polipéptidos y el grupo de sus aminoácidos

Los aminoácidos presentes en los polipéptidos constituyen un tratamiento biológico y natural, ampliamente reconocido por la medicina tanto europea como oriental. Este enfoque, desarrollado por el Profesor Paul Niehans, ha sido objeto de extensos estudios debido a sus significativos beneficios en el ámbito de la medicina y la estética biológica. En una de sus conferencias, Niehans afirmó: “Cada aplicación actúa como un multiplicador por cien para cada sistema del organismo humano”. Este método, conocido como peptidoterapia, implica la aplicación de péptidos que, tras su administración, son transportados de manera específica a los órganos o tejidos que requieren regeneración, reparación o rejuvenecimiento. Los péptidos son asimilados de forma natural y biológica, sin que se hayan reportado hasta la fecha reacciones adversas o efectos secundarios.

Los péptidos despliegan efectos reparadores de larga duración y estimulan una respuesta autocurativa en el organismo. En el tratamiento con péptidos, se observan tres efectos fundamentales: reparación, regeneración y rejuvenecimiento, con un impacto significativo en la longevidad.

Los protocolos de peptidoterapia contemplan su uso prolongado. Es fundamental complementar este tratamiento con una adecuada asesoría nutricional a lo largo del tiempo para alcanzar los objetivos deseados. Tras la primera aplicación, y durante el primer mes, se identifican cuatro fases clave en la respuesta del organismo a la peptidoterapia:

Primera Fase

Los efectos de la terapia son inmediatos. Justo después de la aplicación, el paciente experimenta una mejora temporal, junto con un notable aumento de vitalidad.

Segunda Fase

Durante doce días, se producen procesos inmunobiológicos de reparación. En esta fase, pueden manifestarse procesos de detoxificación o eliminación, aunque algunas personas absorben rápidamente la peptidoterapia y experimentan una mejora inmediata. “Cuanto mayor es la necesidad del organismo por la peptidoterapia, menos significativas son las molestias o reacciones.”

Tercera Fase

Conocida como el “período de Regeneración“, esta fase comienza hacia la tercera o cuarta semana y se extiende de cuatro a seis meses. En este período se observa una revitalización sostenida y una mejora general del estado de salud: las arrugas y pliegues desaparecen o se atenúan debido a una mejor vascularización de la piel; aumenta la capacidad física y anímica; se incrementa el apetito sexual, y se observa una mejoría y hasta normalización de los padecimientos orgánicos.

Cuarta Fase

La longevidad se manifiesta a través de una mejora general del estado físico y mental, con una intensificación natural de la irrigación sanguínea. Se experimenta un rejuvenecimiento de la piel y un dinamismo constante en el cuerpo, junto con una mejora notable en la capacidad sexual. Dependiendo de cada individuo, el efecto terapéutico puede durar entre doce meses y varios años. Se recomienda realizar mantenimientos periódicos de péptidos, generalmente a intervalos semestrales.

Los Péptidos y su inclusión en la medicina

• Promueven la producción de hormonas y el desarrollo mental y físico adecuado, contribuyen al metabolismo y al mantenimiento y estabilidad del sistema endocrino.
• Facilitan el metabolismo de la glucosa, la síntesis de colesterol y triglicéridos, regulan los niveles de azúcar en sangre, optimizan el uso de la insulina y apoyan la función cardiovascular.
• Contribuyen al metabolismo del nitrógeno y son componentes de tres metaloenzimas esenciales, manteniendo la nutrición celular y participando en reacciones enzimáticas clave.
• Son esenciales para las vitaminas del complejo B (B1 a B17), fundamentales en la hematopoyesis, neutralización de radicales libres, y mantenimiento adecuado de los niveles de vitamina E en sangre.
• Participan en la función de más de 70 enzimas vitales, apoyando la síntesis proteica, el sistema inmunológico, la cicatrización y la formación de colágeno, siendo ideales para terapias anti-envejecimiento. También promueven la salud y regeneración de órganos reproductivos, incluyendo la función prostática y uterina.
• Favorecen la producción de energía cerebral y corporal, la función cardíaca, la transmisión neuromuscular, la salud arterial, y contribuyen al mantenimiento del ADN, inhiben algunas formas de cáncer y previenen la calcificación de tejidos blandos.
• Regulan la transferencia de nutrientes a través de las membranas celulares, estabilizan la presión arterial, optimizan la transmisión nerviosa y la contracción muscular, y facilitan los impulsos electroquímicos.
• Benefician los huesos y el tejido conectivo, siendo esenciales para la formación de colágeno, salud de la piel, cabello, y uñas, flexibilidad muscular, y retraso de procesos degenerativos como el envejecimiento.
• Favorecen la producción de hemoglobina y glóbulos rojos, catalizan la oxidación de la vitamina C, y participan en la formación de elastina en combinación con zinc y vitamina C.
• Previenen la osteoporosis y la artritis, optimizan el metabolismo de calcio, fósforo y magnesio, mejoran la función cerebral y facilitan la conversión de oxígeno y azúcares en energía.
• Soportan la integridad de las membranas celulares y la replicación de RNA, DNA y proteínas, favoreciendo la reparación de células madre y la eliminación de células malignas.
• Son ricos en aminoácidos y vitaminas, contribuyendo a la desinfección de la sangre, la lucha contra bacterias, la protección del protoplasma y la matriz extracelular, mejorando la oxigenación celular.
• Mantienen el equilibrio hídrico y el pH adecuado de la sangre, optimizan la función digestiva, especialmente en el estómago y colon, y promueven la función renal y urinaria, mejorando la calidad y capacidad sexual sin importar la edad.
• Tienen la capacidad de formar aproximadamente 4 millones de combinaciones de compuestos, siendo eficaces en el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas.